Por Angeles Rempel
Hasta el día lunes 16 de agosto se encuentra disponible el documental “En el nombre del Litio” de forma online y gratuita. Esta producción de Calma Cine y FARN relata la lucha de las comunidades originarias del norte argentino para evitar que sus salinas, donde se encuentran una de las mayores reservas de litio del mundo, se transformen en una “zona de sacrificio” para reducir el calentamiento global.
Cada vez que nos preguntamos qué cambios deberíamos realizar como humanidad para enfrentar la crisis ambiental, una de las primeras respuestas que suele surgir es: “tenemos que abandonar los combustibles fósiles y volcarnos a fuentes de energías renovables”. Argentina posee un potencial altísimo para la producción de este tipo de energías, pero uno de sus inconvenientes es que estas fuentes no son constantes en el tiempo. No podemos pedirle al sol que brille en un solo lugar las 24 hs para que podamos ver la tele a la noche, ni que el viento sople siempre a la misma velocidad para calefaccionar nuestra casa cuando queramos. Para ello necesitamos poder almacenar la energía producida en ciertos momentos de abundancia. Y guardar energía es sinónimo de BATERÍAS.
¿Te preguntaste qué hace que la batería de tu celular almacene energía? La respuesta es LITIO. Este mineral ya ganó el premio nobel de química en 2019 cuando se presentó la BATERÍA DE IONES DE LITIO. En palabras de la Real Academia Sueca de Ciencias “la batería de litio es un elemento que contribuiría a alcanzar una sociedad libre de combustibles fósiles representando una gran oportunidad para las energías renovables”.
Ahora bien, aclaremos un poco las cosas: el litio NO ES RENOVABLE, sus cantidades son finitas y si se explotan de forma desmedida pueden acabarse rápidamente como está pasando con el petróleo. Esta nueva forma de minería inunda vastas zonas de salinas para permitir que el carbonato de litio precipite y pueda ser extraído. Para ir dimensionando, 2.000.000 de litros de agua son los que se emplean para extraer 1 tonelada de litio. Y las fuentes de este mineral no se estarían encontrando en las zonas más húmedas del mundo…
El 80% de las reservas mundiales de litio se encuentran en la Puna chilena, argentina y boliviana. Nuestro país es la segunda fuente mundial de litio y el mineral actualmente explotado se encuentra principalmente en las Salinas Grandes y el Salar de Olaroz. Sus inmediaciones no son desiertos y tampoco están deshabitadas. Allí viven más de 40 comunidades indígenas que cuidan el agua como oro.
Si se extrajeran pequeñas cantidades de litio, para muchos especialistas la actividad minera podría ser compatible con la vida de las comunidades. Si pensamos en nuestros teléfonos la cantidad de litio necesario para abastecerlos podría resultar insignificante, pero ¿sabías que un solo auto eléctrico necesita el litio equivalente a 17.000 celulares? Y actualmente Argentina exporta el 100% de lo extraído para abastecer numerosos proyectos de transporte eléctrico en el mundo. Por ejemplo, Alemania anunció que espera llegar a los 10.000 millones de autos eléctricos en 2030.
El aumento en la demanda internacional de litio nos lleva a pensar que este mineral podría ser una gran oportunidad para el crecimiento económico argentino. Sin embargo, hoy en día nuestro país solo obtiene un 3% de las regalías y las empresas mineras casi ni pagan impuestos. Podríamos decir que le estamos financiando la transición energética a los países del primer mundo a un muy bajo costo.
Todas estas cuestiones se encuentran muy bien explayadas en el documental presentado por Calma Film y la Fundación Ambiente y Recursos Naturales donde la controversia tecnológica nos interpela una y otra vez ¿será que la tecnología permitirá que las potencias mundiales mantengan su nivel de consumo reduciendo el impacto negativo que generan sobre el ambiente? ¿a qué costo? ¿los beneficios serán para todos por igual?
No te pierdas esta increíble película: https://enelnombredellitio.org.ar/
