A orillas del río Paraná, y bajo el lema “Acción local, impacto global” se lleva a cabo la Semana Del Clima 2025, que transcurre del 18 al 24 de agosto de 2025. Se trata de la primera edición un evento de alcance regional e internacional desarrollado en la Terminal Fluvial frente al Monumento a la Bandera, en Rosario, Santa Fe.
La iniciativa fue organizada por la Municipalidad de Rosario junto con la Fundación Nueva Generación Argentina (FNGA), y es constituido como evento adherido a la agenda oficial del COP30.
En el encuentro, se tocaron tres tópicos fundamentales:
- Financiamiento para la acción climática
- Transición justa
- Adaptación al cambio climático
Bajo estos ejes, se busca fortalecer la voz latinoamericana en la agenda global con miras a la COP30, que se celebrará en noviembre en Belém do Pará, Brasil. Con una intención clara de priorizar la acción por encima del diagnóstico, el objetivo es transformar la urgencia climática en soluciones concretas.
El pasado martes 19 de agosto tuvo lugar la inauguración oficial, y contó con la participación de figuras clave: Julio Glinternick Bitelli embajador de Brasil en Argentina; el ministro de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe, Enrique Estevez; el jefe de Gabinete municipal, Rogelio Biazzi; el secretario de Ambiente y Espacio Público local, Luciano Marelli; entre otros.
Por su parte, el embajador Bitelli brindó un discurso sobre las prioridades de Brasil con respecto a la situación climática: «El cambio climático no es solamente un tema ambiental, es un tema también de desarrollo, de derechos humanos, de justicia, y por eso promovemos una gobernanza climática que combine ciencia, saberes tradicionales y participación de todos los sectores de la sociedad».
“Los objetivos a cumplir son importantísimos: duplicar la eficiencia energética, abandonar gradualmente y de manera justa los combustibles fósiles y detener la pérdida de bosques. Y es necesario hacer todo eso con una mirada de inclusión social y de equidad y de justicia social, más allá de que en algunos sitios sea una mala palabra” concluyó.

El ministro de Ambiente de Santa Fe, Enrique Estevez, también comentó sobre la posición política de Argentina en materia ambiental: “Para nosotros la posibilidad de que nuestro país no participe de manera formal en la cumbre que se va a dar en Belén en el mes de noviembre es un problema. Porque realmente necesitamos que los compromisos asumidos por la Argentina, en distintas instancias internacionales, tengan una viabilidad tanto en los gobiernos locales, provinciales, como en el gobierno nacional. Para nosotros, que la voz de los estados locales y de los estados provinciales se escuche es muy importante. Por eso, los gobiernos subnacionales vamos a participar de la COP30”.
«En la ciudad de Vera, al norte de nuestra provincia, una vez más, una lluvia bastante importante había inundado distintos lugares de esa ciudad. En Argentina el 90% de la población vive en zonas urbanas, en ciudades. Tenemos que saber que las consecuencias del cambio climático afectan más, por supuesto, a los sectores más vulnerables, a quienes menos tienen” Prosiguió.
El IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura) jugó un papel clave en el encuentro, destacando la agricultura regenerativa y la captura de carbono como ejes del desarrollo sostenible. La institución permitió incorporar la Cumbre Panamericana de Biocombustibles Líquidos dentro del programa, con el objetivo de reposicionar estos combustibles como herramientas tangibles en la transición energética, en lugar de verlos como adversarios.
Latinoamérica, pionera en el biocombustible
Además, se enfatizó en las estadísticas con respecto al combustible verde: En América Latina se produce cerca del 70% de los biocombustibles globales, y que Santa Fe concentra más del 85% de la capacidad biodiesel nacional, configurando un diseño estratégico clave para la soberanía energética regional
La Semana del Clima no fue un encuentro aislado, sino la intención explícita de construir una tradición anual con peso geopolítico y técnico en Latinoamérica. Con la participación activa de gobiernos locales, universidades, actores agroindustriales, sociedad civil y organismos internacionales, se consolidó como una plataforma de diálogo real, con enfoque territorial, inclusivo y orientado a la acción.