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El caimán yacaré: un emblema del litoral argentino

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El caimán yacaré: un emblema del litoral argentino

Por Bautista Diaz

En el noroeste del país, en la regiónes de la Mesopotamia y la llanura chaqueña, habitan las poblaciones de las dos especies de caimanes en Argentina: el yacaré overo y el yacaré negro.

Estos reptiles suelen medir aproximadamente 2,5 metros de largo, pesando entre 40 y kilos. Se encuentran, más específicamente, en las orillas de los ríos Pilcomayo, Bermejo, Iguazú, Paraguay, Uruguay y Paraná.

Las principales colonias se encuentran en los Esteros del Iberá (Corrientes), Parque Nacional Iguazú (Misiones) y en el Parque Nacional Río Pilcomayo (Formosa).

Lógicamente, tanto los yacarés negros como los overos, viven en las aguas dulces de los ríos, pantanos y esteros de la cuenca del Paraná. En sus nidos, las hembras ponen entre 40 y 60 huevos (su época de reproducción es durante el verano), que cubren con plantas y tierra, y solo se alejan de su territorio para buscar alimento.

Su dieta es exclusivamente carnívora. Principalmente, ingieren caracoles, moluscos, crustáceos y peces. En caso de necesidad, pueden llegar a cazar otros reptiles y hasta mamíferos, como lobitos de río o carpinchos.

Las dos especies que viven en Argentina

Yacaré negro (Caiman yacare): conocido como yacaré común, tiene un hocico más angosto. Naturalmente, su lomo es color negro, con manchas oscuras definidas en la mandíbula y a lo largo de su cuerpo. En la provincia de Corrientes, se encuentra uno de los criaderos más grandes, que cuenta con 20.000 ejemplares.

Yacaré overo (Caiman latirostris): su nombre proviene de las manchas verdes y grises que lo caracteriza. Se lo llama vulgarmente «yacaré ñato» debido a que su hocico es más acortado que el de su pariente, el yacaré negro. Las hembras son notoriamente más pequeñas. Las poblaciones más grandes se encuentran en el Pantanal brasileño y en los Esteros del Iberá.

Las crías de yacaré presentan una alta tasa de mortalidad natural, principalmente a causa de sus más grandes depredadores, como el carancho, el gavilán cangrejero y el jabirú. 

Sin embargo, la amenaza más grande de este animal es el humano. Su cuero es utilizado en la industria del calzado y otras actividades hace muchísimos años, poniendo al yacaré overo en peligro de extinción. También se lo caza para consumir su carne y huevos, principalmente por los pobladores del litoral.

Argentina es uno de los referentes mundiales en cuanto a la preservación del yacaré. Existen varios proyectos de reintroducción a su hábitat natural. El método más utilizado es el denominado «rancheo», que se basa en la recolección de huevos por parte de profesionales, para que sean críados de manera artificial, sin la amenaza de sus depredadores.

La frase «cocodrilo que se duerme, es cartera» no es simplemente un refrán. El yacaré de Sudamérica vive en constante peligro. Es una especie fundamental para el amplio ecosistema de la región, y no podemos darnos el lujo de perderlo.