Conexión Animal

Compartir :

Share on facebook
Share on twitter

Día Mundial de los Humedales: Argentina sigue sin ley que los proteja

Por Santiago Campeni

Todos los 2 de febrero se celebra el día mundial de los humedales en conmemoración de la Convención Sobre los Humedales de Importancia Internacional, en la ciudad de Ramsar, Irán y tiene por objetivo recordar la importancia que tienen estos ecosistemas tan vulnerables a los efectos de las actividades humanas. 

Pero primero cabe aclarar que es un humedal. Según la definición que podemos encontrar en la web del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, “son áreas que permanecen en condiciones de inundación o con suelo saturado con agua durante períodos considerables de tiempo. Si bien este término engloba una amplia variedad de ecosistemas, todos los humedales comparten una propiedad primordial: el agua es el elemento clave que define sus características físicas, vegetales, animales y sus relaciones. Esta agua puede provenir del mar, ríos, lluvias o de las napas”.

Como podemos ver esta definición abarca ambientes bien diversos, como son los deltas, esteros, turberas, salares, entre otros. Esta heterogeneidad de ambientes trae consigo un gran abanico de servicios ecosistémicos relacionados con los humedales, los cuales van desde funciones evidentes como son la provisión de agua potable a las zonas aledañas, hasta ser el hogar de flora y fauna endémicas, sin ir más lejos, los humedales son el hogar del 40% de todas las especies de plantas y animales conocidas, a pesar de que ocupan tan solo el 6% de la superficie terrestre.

Otro punto clave en las funciones que aportan estos ecosistemas, es en la lucha contra el cambio climático, tanto en materia de adaptación como de mitigación, ya que funcionan como esponjas frente a las precipitaciones evitando inundaciones, y son importantes sumideros de carbono. 

Sin embargo, actualmente a lo largo del mundo, los humedales se encuentran en peligro. El avance de la frontera agrícola ganadera, los proyectos inmobiliarios, y la megaminería, avanzan sobre estas áreas clave. Según información de la organización Wetlands International, desde 1900 el 64% de los humedales se han perdido por su transformación para otras actividades, mientras que otro porcentaje se encuentra degradado.

Ante esta situación en la que ecosistemas tan vitales y que brindan servicios tan preciados se encuentran amenazados, cabe preguntarse si Argentina ha avanzado en alguna legislación para protegerlos, sin embargo la respuesta lamentablemente sigue siendo no. 

Si bien se ha intentado en tres ocasiones presentar un proyecto de ley de humedales para su protección en 2013, 2016, y en la actualidad, los proyectos obtuvieron media sanción, para luego quedar estancados en alguna de las dos cámaras de representantes. 

Los mismos sectores que atentan contra la aprobación de la ley, son aquellos que avanzan contra estos ecosistemas, sin embargo directa o indirectamente dependen de los humedales para desarrollar sus actividades. Sin los humedales, la ganadería y la agricultura se encontrarían en peligro ya que dependen de que los terrenos no se inunden para poder desarrollarse, además de necesitar un clima estable, el cual aumenta su inestabilidad producto del cambio climático. Lo mismo sucede con el sector inmobiliario. No se puede construir casas en sectores inundables, sin embargo, obras hidráulicas mediante, se instalan barrios privados “en la naturaleza” a costa de arrasar con ella. 

Es fundamental que Argentina logre una sanción positiva de una ley de humedales que proteja estos hábitats estratégicos. Una ley que ya fue presentada más de una vez, que cuenta con el apoyo de científicos, de organizaciones medioambientales, de la sociedad civil y de quienes viven en los humedales. De sancionarse esta ley, se trataría de una de presupuestos mínimos, es decir que establecerá los estándares básicos por parte del Estado Nacional, para que las demás jurisdicciones protejan estos ambientes, al igual que sucedió con la ley de bosques y glaciares.