Conexión Animal

Compartir :

Share on facebook
Share on twitter

«Quiero retratar ambientes naturales y especies en peligro para que dejen de estarlo»

Pablo “Pollo” Rodríguez es fotógrafo de vida salvaje. Su trabajo se centra principalmente en especies en peligro de extinción y viaja a menudo por el continente. Es un activo colaborador del conservacionismo y aporta su grano de arena desde la fotografía de fauna autóctona. Su amplia experiencia es útil para aficionados y profesionales. En esta esta entrevista, que  responde desde Estados Unidos en donde está actualmente trabajando, recorre algunos de los aspectos más relevantes de la vida de un trotamundos con el ojo puesto en capturar con su lente las maravillas de este planeta.

                            Pablo trabajó en monitoreo de ciervo de los pantanos para Conicet

 ¿Qué es lo que te llevo a convertirte en fotógrafo y cómo empezaste a dedicarte a esto?

 Recuerdo de pequeño que me pasaba horas mirando Animal Planet, un mundo fascinante de naturaleza me cautivaba por horas frente a la televisión. Pero si hago una repasada desde mi niñez hasta ahora  que tengo 31 podría decirte que vengo de un barrio rodeado de campos y que me la pasaba andando a caballo, recorriendo las vías a pie y los campos lindantes con mis amigos. En el 95’/96’ mi papá me regalo el libro  “100 aves argentinas”, dedicado por Tito para mí y me daba mucha paz poder reconocerlas cuando andaba en esos campos, o por la costa del río Baradero en Buenos Aires. Luego en mi adolescencia me fui becado a vivir al Ce.N.A.R.D, porque hacía atletismo, fue una etapa de unos 7 años en la que me dedique al alto rendimiento y como profesor de gimnasio. Preguntándome qué era lo que realmente me apasionaba, me di cuenta que haciendo eso me faltaba algo para ser feliz, y comprendí que era la naturaleza. Buscando cómo involucrarme nuevamente en aquello, empecé a entender sobre conservación y estudié la carrera de Guardaparque. En los últimos años mi manera de querer trabajar en pos de las áreas naturales, especies silvestres y demás me fue llevando a ser un fotógrafo dedicado a la conservación de la naturaleza. Agradezco aquellas nutridas vivencias en el deporte, pero también haber hecho el cambio de carrera y empezar a estudiar la naturaleza y después verla a campo.

¿Fuiste en búsqueda de los animales o fueron ellos los que te encontraron?  ¿Por qué te especializaste en naturaleza?

                        Hembra de Ciervo de los pantanos en islas de Campana, Buenos Aires.

Siempre me agarraron por sorpresa, así son los animales silvestres, aunque muchas veces uno va a buscarlos, ellos aparecen cuando menos te los esperás.

Es una pasión, no sabría decirte específicamente por qué. Lo siento así, y lo pienso así, sé que si bien nosotros necesitamos día a día de ella para vivir, ella necesita cada vez más de nosotros, de nuestra consciencia. Debemos ser personas totalmente lógicas en el uso y aprovechamiento de la naturaleza desde el agua para beber, hasta la contemplación de un paisaje.

¿Cómo definirías tu trabajo?

Mi trabajo consiste en que nuestra fauna nativa no se extinga, quiero retratar los ambientes naturales y las especies en peligro de extinción para que dejen de estarlo, y pasen a ser de preocupación menor (para el estatus de conservación de especies silvestres).

 ¿Cuáles son tus referentes en fotografía?

                 Jabirú, un pariente de la cigüeña, en Esteros del Iberá.

Me empezaron a entusiasmar acá en Argentina las fotografías de Aves de Ramón Moller Jensen. El gran fotógrafo argentino José Luis Pumita Rodríguez es un referente porque aprendo mucho de él: es un amigo a la vez que un maestro. Y trato mirar siempre los proyectos fotográficos de conservación de Tim Laman, Steve Winter y Paul Nicklen.

¿Creés que ha ejercido gran influencia para ser fotógrafo haber vivido en una zona donde la naturaleza es abundante como Argentina?

Sin lugar a dudas que sí. Ser argentino, pero a la vez haberme ido varias veces a trabajar a USA me dio la posibilidad de equiparme rápidamente. Tenemos un país maravilloso, ecorregiones biodiversas alucinantes. Estos ambientes naturales totalmente diferentes te llevan a tener que reconocer diferentes animales, flora, a estar aprendiendo siempre.

¿Qué les dirías a los jóvenes fotógrafos que empiezan? ¿Los animarías a dedicarse a la foto de naturaleza?

Claro que sí, pero siempre hay que tener un proyecto en la mente, escribirlo e ir tras él, buscarlo, desearlo e ir trabajando para poder hacerlo realidad.

¿Tenés otra profesión o trabajo? ¿Te gustaría poder dedicarte sólo a la fotografía,  es posible hoy día en nuestro país ser fotógrafo de naturaleza con exclusividad?

Durante mi último año en Argentina me dediqué por completo a la fotografía, viviendo de eso, aunque también trabajando en algunas cuestiones de relevamiento y turismo de observación aves. Ahora volví a USA, donde un certificado del departamento de alimentos, higiene y salud mental me permite trabajar en un negocio. Como en Argentina se complica armar ciertos equipos fotográficos y conseguir accesorios para un proyecto que llevaré a cabo próximamente tuve que venirme, pero ya está la etapa casi finalizada, y volveré para ya estar de lleno en la fotografía para la conservación. 

¿Qué equipo sueles utilizar? ¿Qué es lo que llevas en tu mochila normalmente?

Suelo utilizar dos mochilas, a veces hasta tres…  Siempre uso una Canon 7D Mark ii con un teleobjetivo Canon 100-400mm, y un extender 1.4 (lo que da una longitud focal de 896mm). Pero llevo también una Canon 5D Mark iii y Lentes Canon 16-35mm f/2.8, canon 24-105mm f/4, Macro 15mm Laowa venus y un drone phantom 4, que siempre va en una de esas mochilas extras. 

Sos miembro y fotógrafo de la Red Yaguareté. Contanos un poco tu trabajo allí.

Huella de yaguareté en las Yungas (Jujuy).

Si, la ONG Red Yaguareté, es un equipo de gente apasionada por los yaguaretés en la que se transmite una energía hermosa. Todos tiramos para el mismo lado. Yo soy uno de los fotógrafos de la Red, estuve en el Parque Nacional Calilegua fotografiando huellas de yaguaretés, y haciendo algunas esperas aunque sin éxito en esa oportunidad. Intentar fotografiar esta especie es algo totalmente complicado, ya que quedan menos de 250 en todo el país y en las Yungas si bien está la población más grande, se estima que hay entre 120-150 ejemplares. En Misiones, por ejemplo, colocamos cámaras trampa, cosa que vienen haciendo hace muchos años. Lo que hice también fue retratar todo ese trabajo que la red viene haciendo, para poder mostrar la dedicación hay en estos relevamientos a campo.

Por tu trabajo, pasas muchas horas esperando escondido. ¿Es eso lo peor de tu trabajo? ¿Qué es lo mejor?

Águila harpía, una de las mayores rapaces del mundo, selva de las Yungas.

Lo estuve haciendo en Calilegua y próximamente buscaré estar más tiempo en hide en diferentes zonas, es algo que me gusta hacer y lo disfruto mucho. No sé si hay algo realmente malo del trabajo en sí, no me viene nada a la mente, siento que disfruto todo el proceso. Y lo mejor sin lugar a dudas son las fotos que podés lograr , llaman la atención de la gente, y de cierta forma despiertan un interés por amar eso, y protegerlo! 

Como dicen ustedes en Conexión Animal, conéctense con el mundo natural que nos rodea, acampen en los parques nacionales y áreas  protegidas, disfruten de los paisajes y de las sorpresas que la naturaleza nos va a regalar, vayan, tomen ese mate, respiren ese aire puro, contemplen, tengan precaución, pero nunca miedo, que los sitios son para total disfrute.