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Marzo, mes del compostaje

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Marzo, mes del compostaje

Por Santiago Campeni – Desde el 22 de marzo hasta el 22 de abril se celebra a nivel mundial el mes del compostaje, a continuación resaltaremos la importancia que tiene esta práctica, tanto en materia ambiental como para revalorar nuestros recursos. También para finalizar te dejamos una guia de como empezar tu propio proceso de compost en unos simples pasos, u opciones en diferentes lugares donde podes llevar tus restos de fruta y verdura. 

Primero es importante definir que es el compostaje. Este es un proceso biológico en el que actúan micro y macro organismos, que descomponen los restos de fruta y verdura para transformarlos en compost, un abono de excelente calidad, con gran cantidad de nutrientes fundamentales para el desarrollo de las plantas. 

Este proceso cobra especial relevancia en el contexto económico en el que vivimos. Estamos inmersos en una sociedad que plantea un sistema económico lineal, donde la lógica funciona de la siguiente manera. Primero extraemos un recurso, por ejemplo madera, luego fabricamos un producto, siguiendo con el ejemplo anterior una hoja de papel, para finalmente usarla y tirarla a la basura. Este modelo económico funciona de manera inversa a como funciona la naturaleza, donde no existen los residuos, ni los basurales. Los ecosistemas funcionan de manera circular, donde todo se aprovecha. Un animal que consume a otro animal, y deja sus restos son aprovechados por otros animales, y luego sus restos son descompuestos por microorganismos. Lo mismo sucede con las hojas que caen de los árboles en los bosques, donde son descompuestas enriqueciendo el suelo. 

La práctica de compostaje funciona en este mismo sentido, ya que en vez de consumir nuestros alimentos y desechar sus restos como cáscaras de fruta o verduras que ya no están aptas para el consumo a la basura, las incorporamos en un proceso donde los nutrientes que están contenidos en estos alimentos vuelven a la tierra, en forma de abono. Este sistema que manejan los ecosistemas también puede ser aplicado a la economía llegandose al concepto de economía circular, donde entran en juego acciones como el reciclado, en el cual se reaprovechan los recursos de, por ejemplo el plástico para formar nuevos productos. En el caso del compostaje es lo mismo. 

Ahora bien, cabe preguntarse cuál es la utilidad de realizar compost. Existen muchos puntos positivos, uno de ellos es la reducción de los residuos que llegan a los rellenos sanitarios en materia de alimentos. En el compost podemos agregar todo resto de fruta o verdura no condimentada, solo en la Ciudad de Buenos Aires el 41 % de lo que se tira son restos de comida. Además de representar un desperdicio de comida, estos desechos eliminan gases de efecto invernadero en su descomposición incrementando los efectos del cambio climático. 

Otro efecto positivo que podemos encontrar en la práctica de realizar compost, es que obtenemos un abono rico en nutrientes fundamentales para nuestras plantas, ya sea que tengamos un jardín o algunas macetas, o que no contemos con ningún tipo de vegetación, siempre es provechoso tener abono a mano. Este fertilizante generado de manera natural, es esencial para el crecimiento y desarrollo de nuestras plantas, donde también lo podemos combinar con una huerta en el mejor de los casos. Además evitamos la producción de fertilizantes inorgánicos, proceso en el cual se insumen grandes cantidades de energía y por consiguiente la quema de combustibles fósiles.

Para realizar compost los materiales a utilizar son, tierra, restos de verdura y frutas sin condimentar, plantas no enfermas, (restos húmedos) y pedazos de cartón, papel, u hojas secas (restos secos)

Para comenzar se debe buscar el recipiente donde realizaremos nuestro compost. Puede ser un bidón o un tacho de pintura, el cual debemos realizar agujeros a los costados para que esté ventilado, o si disponemos de tierra realizar un pozo. También se venden composteras en el mercado, pero es recomendable ir de menor a mayor e ir probando. 

Pasos: 

  1. Agarrar los restos húmedos y dividirlos en fracciones más pequeñas para que la acción de los macro y microorganismos sea mucho más rápida. Esto lo podemos hacer cortando las hojas por ejemplo con la mano o las cáscaras de banana con un cuchillo.
  2. Debemos intercalar materiales con carbono, hojas secas, paja, aserrín, papel de diario y materiales con nitrógeno, pastos, hojas verdes, restos vegetales; empezando con una capa de 20 cm del primero y una de nitrógeno de 5 cm. En el medio pondremos una fina capa de tierra que contiene vida microbiana entre cada superposición hasta lograr la altura deseada.
  3. Cubrir una capa fina de tierra y tapar la compostera para regular la humedad o agregar una capa de vegetación seca para regular la humedad.
  4. En los siguientes días la temperatura aumentará ¡No te asustes, es normal! Es necesario para eliminar bacterias que puedan causar enfermedades o semillas de malezas. Es recomendable revolver la pila cada tres días para mantener la aireación y evitar la compactación.
  5. El compost estará terminado, luego de unos cuatro meses, cuando no podamos distinguir los restos de comida, obtengamos un color oscuro y un aroma agradable a tierra o bosque.

Algunos consejos:

  • Si vivís en un lugar con estaciones muy lluviosas te conviene tapar la pila y no regarla.
  • La mejor época es en verano o primavera pero ¡siempre en un lugar fresco y a la sombra!
  • Si hay mal olor o muchas moscas debemos revolver más la pila para mejorar la aireación. Un compost controlado NO produce malos olores. 
  • Si no aumenta la temperatura y huele a amoníaco puede deberse a mucha humedad, hay que agregar material seco. 
  • No usar desechos de perros o gatos, plantas tratadas con herbicidas o plaguicidas, ni demasiados cítricos.

Si no contas con espacio para realizar tu compost, o todavía no te sentís preparado para empezar este proceso, existen alternativas en distintos distritos del país donde podes llevar tus restos de fruta y verdura, para que sean compostados. En la Ciudad de Buenos Aires, los días jueves podés llevarlos a los distintos puntos verdes ubicados en plazas. Los materiales que podes llevar son: 

• Frutas, hortalizas y tubérculos, legumbres, verduras y cereales, pasto recién cortado, flores, cáscara de huevos, cáscaras y carozos de frutas y verduras, yerba, café, saquito de té e infusiones, cáscaras de cítricos, hojas secas y restos de ramas. No hace falta que el material se entregue triturado o cortado previamente.

Además desde el Gobierno de la Ciudad, se brindan talleres de cómo realizar compost. 

En San Isidro, el programa “Compostate” busca reducir los residuos orgánicos en los hogares con el objetivo de cuidar el medioambiente. Se realizarán talleres gratuitos y se entregarán composteras para que los vecinos puedan generar abono ecológico a partir del material desechado en sus casas. Otro proyecto es el de Huerta Vereda, también en este municipio. que cuenta con tres composteras, en conjunto con un ecopunto en el Bajo de San Isidro. El compost generado por este proyecto luego es utilizado en cajones de huerta que son administrados por ellos mismos, Las composteras, tienen un cartel que invita a los vecinos a dejar también el pasto cortado y las hojas secas, para nivelar el ingreso de materiales secos y húmedos. Sofia Guardone, una de las creadoras del proyecto, resalta la importancia de este proceso comunitario en el que participan los vecinos y se sienten parte de un todo, además rescata lo fundamental que resulta la cercanía de las huertas en donde se usa el compost generado, para entender el ciclo que realizan nuestro restos de comida. 

Otra opción es entrar en el mapa de la red de compostaje, donde podés encontrar las ubicaciones de composteras comunitarias tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en la Provincia de Buenos Aires.