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Nuestra flora: te presentamos al cedrón de monte

Una de las plantas más ornamentales de nuestra rica flora nativa es la Aloyssia gratissima, llamada comúnmente cedrón de monte, palo amarillo o niñorupá. Se encuentra desde México a Argentina y en las sierras de Córdoba y San Luis puede verse abundamentemente en el monte. Es una verbenácea con flores muy perfumadas y de aspecto etéreo que además tiene propiedades medicinales como la mayoría de las plantas del género aloyssia ( el cedrón más conocido lo es también) y es de gran importancia como planta melífera. Puede florecer desde noviembre hasta marzo, es muy abundante y llama la atención su agradable e intenso perfume que inunda el aire al atardecer. Es un arbusto muy ramificado, de hasta tres metros de altura y de follaje semipersistente. Interesante para utilizar en los jardines como cerco.

Las plantas nativas o autóctonas son fundamentales para la fauna asociada: en este caso la utilizan como producto alimenticio los abejorros, la mariposa perezosa grande, aves como la catita, la monterita cabeza negra y el jilguero dorado.

Además tiene propiedades medicinales y debe cosecharse en distintos momentos según el uso que vaya a tener. Para su utilización como hoja seca la cosecha realiza cuando la planta está por florecer, entre mediados a fin de la primavera y se cortan las ramas para el secado. Si se la quiere utilizar para esencia debe cosecharse en floración plena; cuando el 50% de las flores están abiertas. Una vez realizado el corte de la planta, se recolectan las ramas y se las deseca para eliminar suficiente humedad que facilite su conservación. La desecación al aire libre se hace sobre esteras, bastidores, catres especiales y es necesario que sea realizado a la sombra.

Las plantas nativas sostienen el equilibrio del ecosistema. Requieren menor cantidad de agua e insumos como nutrientes externos y tienen la valiosísima función de servir de alimento, refugio y sitio de reproducción para la fauna local, que dispersa las semillas y poliniza las flores, atrayendo colibríes, mariposas y otras epecies. Son parte de nuestra cultura y nuestro patrimonio natural. Conocerlas es valorarlas.