Por Carolina Diotti – Hay más de 400 variedades de eucalyptus, todas originarias de Australia, y en su hábitat original crecen con pocos nutrientes y muchos predadores que suelen controlar su tamaño. Cuando los plantamos fuera de su suelo nativo, en parques y jardines y muchas veces en alineaciones de campos y barrios, se instalan en suelos más ricos y sus raíces no necesitan profundizar para encontrar nutrientes, crecen poco profundas y sin plagas ni competencia. Y ahí desarrollan tamaños enormes que alcanzan los 30.metros o más.
Plantar eucalipto en áreas con viento y en este tipo de suelos es peligroso: se desgajan y precipitan sin aviso, aún sin temporales. Justamente porque no están agarrados al suelo. Y por eso se caen permanentemente como pasó en muchos lugares estos dias.
La mayor parte de las evaluaciones técnicas existentes acerca de la poda de eucaliptus, la desaconsejan porque no garantizan en absoluto la disminución de riesgos ya que la brotación nueva es endeble. La poda de reducción de altura y la poda correctiva en este caso, no son una solución definitiva ni erradican el riesgo latente del desprendimiento. Su porte y gran altura los convierte en árboles de riesgo.Los eucaliptos eventualmente podrían ubicarse en espacios públicos muy grandes. Pero son árboles inadecuados para veredas, jardines pequeños o cerca de casas.
Por su porte y la altura que alcanzan en edad adulta, dichos árboles son catalogados como de 1era magnitud, que son los que superan los 15 mts. de altura. A su vez se trata de una especie con tendencia a desgajarse y a caerse, en general pasados los 20 años de edad del ejemplar.
En muchas ciudades del mundo y en Argentina también están prohibidos como árboles para utilizar en lugares públicos. No pueden ponerse en clubes, escuelas, plazas, veredas y espacios en los que circulan personas y autos. .En la mayor parte de las ciudades y municipios del país la implantación de eucaliptus, está prohibida en áreas urbanas. De hecho cuando eventualmente quedan ejemplares dentro de zonas urbanizadas, porque fueron parte del paisaje previo, se procede a su extracción.
Los criterios para definir el arbolado público han sido determinados y estudiados desde hace tiempo según diferentes variables y en la mayor parte de las ciudades y municipios de país existe normativa que indica qué puede plantarse en áreas urbanizadas y qué no, de acuerdo a finalidad, espacio disponible, nivel de perturbación, porte, riesgo, etc. Jurisdicciones como CABA, General Sarmiento, San Miguel de Tucumán o la ciudad de Santa Fe las normas prohíben específicamente el uso de eucaliptus en veredas por ejemplo.
Informarse a la hora de elegir los árboles a ubicar en cualquier espacio que querramos forestar es fundamental. Los sitios web de las distintas ciudades suelen incluir un listado de especies permitidas para uso público como es caso del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. También Hay árboles nativos de porte pequeño aptos para veredas como el sen del campo, el azotacaballos o el croton urucarana.
Valoremos nuestras especies y elijamos correctamente los árboles para evitar males mayores.
