Conexión Animal

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Volver a la naturaleza a través de la educación ambiental

Cynthia Dabul y Belén Roca de @proyectoambientalescuela  (Julio 2022)

Si queremos que los niños florezcan, que estén verdaderamente capacitados, permitámosles amar la tierra, antes de pedirles que la salven”. 
SOBEL. D. 1993. Más allá de la ecofobia: poniendo el corazón en la educación ambiental. Zephyr Press. Inglaterra.

Desde Conexión Animal y Proyecto Ambiental, buscamos acercar a las personas a la naturaleza, pero… ¿qué tiene que ver todo esto con la educación ambiental? ¿Cuándo surgió la educación ambiental? ¿Por qué la educación ambiental no es solo cosa de niños? ¿Quién o quienes pueden hacer educación ambiental? ¿Cómo podemos invitar a otras personas a volver a la naturaleza a través de la educación ambiental? 

Les proponemos encontrar aquí posibles respuestas a estas preguntas y obtener ideas para volver a la naturaleza a través de sus maravillas.

Concepto de Educación Ambiental

El concepto de “Educación Ambiental” fue utilizado por primera vez en el año 1972, en Estocolmo, durante la realización de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano.

“Es indispensable una labor de educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos y que preste la debida atención al sector de la población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana. Es también esencial que los medios de comunicación de masas eviten contribuir al deterioro del medio humano y difundan, por el contrario, información de carácter educativo sobre la necesidad de protegerlo y mejorarlo, a fin de que el hombre pueda desarrollarse en todos los aspectos.”

(Principio N°19 – Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano) Disponible en https://www.sib.gob.ar/portal/wp-content/uploads/2019/02/Declaraci%C3%B3n-de-la-conferencia-de-las-Naciones-Unidas-sobre-el-medio-humano-Estocolmo-1972.pdf

A lo largo del tiempo, este concepto ha ido evolucionando y sigue estando en construcción permanente. Algunas de las definiciones de Educación Ambiental que existen hoy en día, inclusive, pueden sonar contradictorias entre sí ya que se “asientan” sobre diferentes paradigmas y/o nociones de “ambiente” y “educación”. 

Algunos elementos en común a la hora de poner en práctica la Educación Ambiental tienen que ver con la importancia de comprender que hablamos de procesos, no de intervenciones aisladas.

Esta práctica no se dirige exclusivamente a niños y niñas, sino a todo tipo de destinatarios. Y que sus resultados cobran sentido, cuando se empodera a las personas con herramientas concretas para transformar su realidad.

En Argentina, recientemente se sancionó la Ley para la implementación de la educación ambiental integral: Ley Nº 27.621. Que establece el derecho a la educación ambiental integral como una política pública nacional.

La Educación Ambiental y el contacto con la naturaleza

(…) La educación ambiental no puede inculcarse porque nadie puede obligar a otra persona a sentir (a no ser dolor). En la base de toda conciencia ecológica, de todo comportamiento cariñoso y respetuoso con los seres vivos que nos rodean, solo hay un sentimiento: el Amor. 

Heike Freire –  Educar no es inculcar – Sobre Educación Ambiental y Pedagogía Verde

En los últimos tiempos, crece la tendencia a nivel mundial de trabajar la educación ambiental a partir del acercamiento a la naturaleza basado en los sentidos y las experiencias vivenciales. 

Sin embargo, esto no es algo nuevo, uno de los pioneros en ponerlo en práctica, fue Joseph B. Cornell, un educador ambiental de Estados Unidos que a principios de los años 70 desarrolló un método de aprendizaje al aire libre absolutamente innovador llamado flow learning (aprendizaje fluido) que permite planificar experiencias profundas y significativas en la naturaleza.

Fundó una organización llamada Sharing Nature Worldwide (compartir la naturaleza en todo el mundo), uno de los programas de educación ambiental más populares e influyentes en la temática, es autor de numerosos libros y sigue brindando capacitaciones en todo el mundo.

En el año 1993, David Sobel, publicó un libro llamado Beyond Ecophobia: Reclaiming the Heart in Nature (Más allá de la ecofobia: recuperar el corazón en la naturaleza) donde se dirige a maestros, padres y otras personas interesadas en fomentar en los niños y niñas la capacidad de comprender y cuidar la naturaleza. Sobel desarrolla el concepto de ecofobia como el miedo que generan las problemáticas ambientales, el mundo natural y el estar al aire libre. Explica que esto se origina en la forma en la que los y las adultas trabajamos estas temáticas con niños y niñas, a través de información sobre problemáticas urgentes. Donde pareciera que les pedimos que enfrenten problemas que están más allá de su comprensión, control o entendimiento. Básicamente les estamos pidiendo solucionar los problemas del mundo adulto.  

Sobel considera que este gran error que por muchos años arrastramos los educadores ambientales, puede ser compensado a través de la biofilia, apoyando la tendencia biológica que tenemos las personas a vincularnos con la naturaleza. 

Cuando estamos sensibilizados ante problemáticas socio-ambientales, solemos sentir una urgencia en multiplicar este mensaje para que otras personas se comprometan con las cuestiones ambientales. Sin darnos cuenta, cometemos el error de asumir que si informamos sobre la crisis ambiental global en la que vivimos, estas personas se sumarán a la acción y se comprometerán en la solución de los problemas socioambientales del mundo… sin embargo, lo que estamos haciendo, es impedir que se conecten emocionalmente con la naturaleza desde un lugar positivo y afectivo. 

Con el paso del tiempo, el cambio de paradigma también llegó finalmente a la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) que en el año 2016,  lanzó #NatureForAll, un movimiento mundial para inspirar amor por la naturaleza que,  en octubre de 2018, ya contaba con casi 300 organizaciones asociadas de más de 60 países. Los socios de #NatureForAll demuestran que las experiencias personales y las conexiones con la naturaleza ofrecen grandes ventajas para la salud, el bienestar y la resiliencia individuales y sociales, y constituyen una base de apoyo permanente para la conservación.  Como parte de la campaña que iniciaron a nivel internacional, utilizaban la frase “Love. Not Loss” (amor, no pérdida), reforzando la necesidad de cambiar la forma en la que se encaraba la educación ambiental. Una de las frases que compartían en esta campaña era “La mejor manera de reavivar un amor perdido es no hablar de lo que salió mal: extinción, pérdida de hábitat o escasez de recursos. Es recordar lo que amamos en primer lugar.” 

Como ya vimos, los nuevos enfoques mundiales de educación ambiental trabajan a partir del acercamiento a la naturaleza basado en los sentidos, en la importancia de invitar a otras personas a sumarse a la temática desde el corazón, y luego desde la reflexión y la razón. 

Entonces ¿Cómo hacemos para ponerlo en práctica? 

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