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17 de mayo: Día mundial del reciclaje

Por Santiago Campeni

Todos los 17 de mayo se celebra el día mundial del reciclaje, una fecha que nos recuerda la importancia que tiene separar nuestros residuos, para darles una nueva vida útil. 

Que la problemática de la basura nos afecta no es noticia. Solo en Argentina hay 5000 basurales a cielo abierto, que generan grandes problemas socio ambientales como contaminación del suelo y las napas de agua, baja en la calidad del aire por las quemas que se hacen para reducir el volumen de la basura, y problemas de salud en las poblaciones que viven y en muchos casos encuentran un sustento económico en los basurales. Estos basurales a cielo abierto son muchas veces la forma de disposición final oficial de los municipios. 

Sin duda el residuo más problemático con el que nos relacionamos en nuestra vida cotidiana es el plástico. Por el volumen en el que se produce, ya que está en casi todo lo que consumimos (botellas, cubiertos, envases, bolsas packaging, etc.) la cantidad de plástico que está en el ambiente es enorme. Si no es separado como corresponde, el plástico permanece en el ambiente, ya que por sus propiedades químicas es extremadamente difícil de degradar. 

El plástico tiene esa paradoja de ser un material prácticamente indestructible, pero que está en elementos de uso efímero como las bolsas de las compras que no las usamos más de 5 minutos. 

De esta problemática surge la importancia de este día mundial del reciclaje. Si no separamos nuestros residuos, estos pueden terminar en los océanos y en otros ambientes afectando gravemente a la fauna, como ya hemos mencionado anteriormente en este medio. Es que según datos de la fundación Ellen Macarthur, si no actuamos ahora para frenar la contaminación plástica, en 2050 podría haber más plástico que peces en el mar. 

Aunque nombrar la fecha de 2050 pueda parecer que el problema está lejos de ser actual, la situación es crítica ahora. Ya existen verdaderas islas de plástico, siendo la más importante la que se encuentra en el Océano Pacifico.

Pero no todo son malas noticias. En la problemática de los residuos, podemos encontrar también varias soluciones. Primero es importante diferenciar a los residuos de la basura. Los primeros, son recursos valiosos que se pueden recuperar una vez finalizada la vida útil de un producto. Desde el plástico hasta los valiosos minerales que se encuentran en los residuos electrónicos, pueden recuperarse para reintroducirlos en la cadena productiva, reduciendo así la presión por recursos que ejercemos sobre la tierra. La basura en cambio son los deshechos de los que ya no podemos recuperar nada y deben ir a una disposición final, en rellenos sanitarios.

Otra pata importante de la solución al problema la tiene la industria, diseñando packaging más responsable con el medio ambiente, por ejemplo reemplazando los envases plásticos por materiales compostables o que provengan de plástico 100% reciclado.

Luego debemos exigir a nuestros gobiernos que se lleven adelante planes de erradicación de basurales a cielo abierto, y que se implementen planes de reciclado en nuestros municipios. Si bien hay localidades en las que la gestión de los residuos funciona mejor, debe existir una política a nivel nacional para eliminar el problema de raíz. Al aplicarse sistemas de reciclado se generan además puestos de trabajo, incluyendo en la economía formal a personas que antes trabajaban exponiendo su salud en los basurales a cielo abierto.

La solución más eficiente que podemos aplicar a esta problemática es la de no consumir elementos que no necesitamos y que estén hechos de materiales que puedan dañar a la naturaleza. Desde bolsas de tela para las compras en vez de bolsas plásticas hasta usar una botella de metal o vidrio en vez de comprar una y otra vez botella de plástico, son soluciones simples pero que pueden marcar una gran diferencia. 

Por último, pero no menos importante, es necesario que se avance en una ley de envases que responsabilice a la industria por los envases que producen. Esta ley introduciría el concepto de “responsabilidad extendida del productor” fomentando que las empresas diseñen envases con materiales más fáciles de reciclar o que sean compostables. Si las empresas no estuvieran dispuestas a rediseñar su packaging solo tendrían que abonar una tasa del 3% como máximo que sería destinada a fortalecer los sistemas de reciclado de los municipios.