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El gobierno prohibió el estudio de las ballenas porque el «ruido» altera la exploración petrolera en el Mar Argentino

Por Bautista Diaz

El Consejo Federal Pesquero, el organismo del gobierno nacional encargado de definir las políticas pesqueras del mar argentino, decidió, por unanimidad, prohibir una expedición con el fin de investigar la población de ballenas francas australes en ciertos puntos no explorados de nuestras costas.

Se trata de una actividad científica organizada en conjunto por Greenpeace y el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB). El proyecto se iba a llevar a cabo a bordo de la embarcación «Witness», de la reconocida ONG, entre el 2 y el 20 de diciembre. El principal objetivo era describir el comportamiento de las ballenas en un área de alimentación específica no investigada, y luego compararlos con los individuos ya reconocidos que habitan en los golfos de Península Valdés.

El argumento del Consejo para denegar el permiso de la investigación expresaba que el Witness podía generar «ruido de ambiente» que alteraría los datos adquiridos de la prospección sísmica.

Sin embargo, la embarcación, por protocolo de Greenpeace, funciona mayormente a vela, buscando generar el menor impacto posible en el ecosistema marino. Mientras el velero mide unos 22,5 metros, el BGP Prospector, el buque contratado por la empresa Equinor, encargado de la exploración petrolera, tiene una longitud de 100 metros.

El Consejo Pesquero respaldó su decisión en otras tres instituciones que también sugirieron la prohibición:

  • Dirección Nacional de Producción y Exploración de hidrocarburos: Defendió “la importancia de contar con información sobre los hidrocarburos existentes en la plataforma continental, a los proyectos de prospección sísmica en marcha y a las condiciones necesarias para garantizar una navegación segura del buque sísmico y/o demás buques aledaños”

  • Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep): Desaconsejó la investigación, alegando que la actividad debía contar con científicos pertenecientes al Estado; “un requisito que no se sustituye con la participación de científicos pertenecientes a una organización de la sociedad civil. Pese a ello, esta institución sostuvo que “no cuenta con observadores disponibles para asignar a dichas tareas”. 

  • Armada Argentina: También bajo el mismo razonamiento sobre las «interferencias con las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos en dicha zona».

Los integrantes de ICB que iban a formar parte del proyecto, son científicos, expertos e i que llevan más de cinco décadas al frente del Programa Ballena Franca Austral (creado en 1971), el estudio más extenso en todo el mundo sobre una especie de ballena particular, que brindó información y recursos imprescindibles para la conservación del mar argentino, convirtiendo al país en un precursor en esta materia.

La región en cuestión dentro de la que se debía investigar es la zona del frente del talud continental, en las costas de las provincias de Buenos Aires, Río Negro y Chubut. En esta zona, durante el verano y el otoño, se registró un incremento de individuos en la zona de alimentación.

El objetivo final del estudio es responder a las cuestiones fundamentales de esta época; ¿Cuáles son las consecuencias del incremento de la actividad humana en zonas de alimentación? ¿Podría desencadenar en un problema grave para la especie? ¿Generaría un desplazamiento de la población de ballenas hacia otra zona sin las condiciones adecuadas para un ecosistema equilibrado?.

Desde Conexión Animal, lamentamos la decisión del organismo gubernamental, el Consejo Federal Pesquero, de prohibir una investigación crucial para el desarrollo científico en Argentina. El ecosistema marino, sobre todo en ésta época, es prioridad, y no debería ser relegada para cuidar los intereses empresariales que generan un impacto negativo en el medio ambiente. Sigamos avanzando en la conservación de nuestras aguas y sus habitantes.