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El problema del alimento de baja calidad en los kioscos escolares

Por Juana D.D.

La escuela es imprescindible para el desarrollo de niños, pero también es el lugar en donde los chicos pasan tiempo y además de aprender, de jugar, de socializar; se alimentan. Y, aunque parezca increíble, todavía la mayoría de los kioscos escolares siguen ofreciendo alimentos ultraprocesados y de muy baja calidad y, a veces, como única alternativa.

La mayor parte de los productos ofrecidos en estos lugares son de poco valor nutritivo, altos en azúcares, grasas y sodio y de bajo aporte de vitaminas, minerales y fibras. Esto dificulta, entre otras cosas, que los chicos creen hábitos de alimentación saludable y peor aún sobre si no los tienen en sus hogares.

Argentina carece a nivel nacional de políticas públicas concretas en relación a los kioscos y comedores saludables, con la finalidad de un cambio e incremento en la oferta de alimentos de buena calidad nutricional.

En el país existe una ley, la 26.396, que se focaliza en el control y prevención de trastornos alimenticios y la incorporación de la Educación Alimentaria Nutricional (EAN) en el sistema educativo. Esta en el artículo 8° llama al deber del estado de garantizar estándares nutricionales en los comedores escolares y los planes alimentarios nacionales. Esta ley fue sancionada en 2008 y hasta el día de hoy, en la mayoría de las escuelas del país no se aplica.

Son pocas las instituciones en las que se ofrecen productos saludables como snack para los recreos y solo se encuentran eventualmente algunas frutas y barritas de cereales industriales que también son alimentos ultraprocesados que confunden a los consumidores, en este caso a los chicos. Por eso es también igual de importante que se cumpla la ley sancionada de etiquetado frontal y que la promoción e incorporación de alimentos en kioskos y comedores sea realmente nutritivo.

Por otra parte, aunque cada vez es mayor la elección de dietas particulares en especial entre los adolescentes, en las escuelas están limitadas las opciones vegetarianas,veganas, celíacas o con algún tipo de restricción alimentaria. A esta altura es imprescindible que haya alternativas para todos y todas.

Garantizar que la venta de alimentos en las escuelas brinde una oferta de buena calidad nutricional priorizando los mínimamente procesados, es un primer paso para educar en hábitos de consumo saludables hasta que pueda llevarse a la práctica una Ley que restrinja en su totalidad la venta de productos de bajo valor nutricional.

La responsabilidad recae, además de en los gobiernos; en directivos y en las empresas concesionarias. Es necesaria la participación de toda la comunidad para que el objetivo sea que niños y adolescentes puedan acceder sin obstáculo a la comida saludable y sobre todo que puedan elegir de forma responsable y voluntaria qué es lo que van a comer.