Por Bautista Diaz
El cambio climático está aumentando drásticamente, y la amenaza del futuro del planeta es cada vez más real. Las preocupaciones de este tipo generan impactos psicológicos en las personas; sensación de tristeza, desesperación y angustia al pensar que la humanidad está condenada. Este fenómeno se denomina “ecoansiedad”, y no sólo afecta a las personas involucradas en el ambientalismo, se trata de un pensamiento global que trasciende generaciones, aunque los adolescentes y jóvenes adultos son los que más lo sufren.
Hasta el momento, la ecoansiedad no es considerada una enfermedad. Sin embargo, la American Psychology Association (APA) describe el fenómeno como “el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones”.
En un estudio de la Universidad de Bath, Gran Bretaña, se investigó a más de 10 mil jóvenes de entre 10 y 25 años, de 10 países diferentes. Los resultados publicados demostraron que el 75% de los participantes se mostraron atemorizados por el futuro climático del planeta, y un 45% se ven afectados diariamente por la angustia que les invade debido a la situación ecológica actual.
Dentro de los desastres ambientales que más ansiedad generan se encuentran los fenómenos meteorológicos extremos (cómo las extremas sequías que se vivieron en Argentina, Chile y Uruguay el año pasado), el exasperante aumento de la contaminación, tanto en la tierra como en los océanos, la pérdida de biodiversidad, la deforestación, y más.
La nula o escasa acción de algunos gobierno es otro factor que contribuye a la sensación de soledad y desesperación. Si bien las medidas grandes a nivel nacional e internacional son las que realmente pueden frenar el camino hacia la destrucción del planeta, hay una serie de consejos para aliviar la carga individual de la ecoansiedad:
- Generá conciencia sobre el cambio climático, educándote a vos mismo y a los que te rodean.
- Realizá pequeñas actividades caseras como armar un compost, reciclar los residuos aptos o llenar botellas de amor, entre otras.
- Reducí el consumo de agua y luz en tu casa. Tambien, usar botellas y vasos de aluminio disminuye el uso de plástico en tu vida cotidiana.
El movimiento Vamos a Hacerlo Argentina ayuda a concientizar a la sociedad sobre el manejo de residuos, organizando limpiezas masivas y otras actividades dónde los jóvenes interesados pueden involucrarse y formar parte de la gran ola de activistas ambientales que, afortunadamente, crece cada vez más.
“Todo lo que sea información certera, no catastrófica, aunque sea poquita, es clave, porque eso les da posibilidad de proyectarse. Sino es una angustia en la que no se ve el sentido ni la posibilidad de futuro.” explica Silvia Ongini, psiquiatra infantojuvenil del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínica.
“Todavía estamos a tiempo de revertir muchas cosas. Frente a la ansiedad, podemos dar respuestas certeras, adecuadas, contenedoras, y mostrarles que también se están haciendo cosas para tratar de evitar las peores consecuencias del cambio climático. La acción mata la angustia. Es importante acercarles acciones en las que puedan involucrarse y que los hagan sentir parte de la solución” agrega Silvia.
