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La falta de árboles en la Ciudad de Buenos Aires intensifica aún más el calor

Por Juana D.D.

Con las olas de calor y las sequías de los últimos años es imprescindible que en los  centros urbanos y en las ciudades haya árboles.

Por culpa de la urbanización, en las ciudades se genera un clima mucho más caluroso que su entorno. Este fenómeno es conocido como efecto “ isla de calor ” y depende de la cantidad y altura de los edificios, si existen fábricas o no, espacios abiertos, puntos de agua, etc. Una de las principales causas es que el cemento almacena muchísimas veces más el calor que el aire en un mismo volumen , así que cuanto más “gris” sea una ciudad, más probabilidad tendremos de pasar días de calor desmedido.

Tener árboles en las ciudades no solo significa tener más sombra donde refugiarnos en días de altas temperaturas; además de esto, producen oxígeno, secuestran CO2, albergan una gran parte de la biodiversidad urbana, proporcionan bienestar y sobre todo nos protegen de los rayos del sol y las altas temperaturas a través de la sombra y la transpiración.

Esto último no refiere solo a los árboles sino también a plantas como arbustos, paredes o techos verdes, que aunque no den sombra, a través de la transpiración van enviando agua a la atmósfera que las rodea . La transpiración es un proceso fisiológico que varía en función de la fisonomía del árbol o la planta, el tipo de copa, la superficie que tienen las hojas, etc., por eso es importante una buena planificación del verde urbano y elegir las especies de árboles y arbustos más favorables .

En un estudio publicado en la revista Nature el investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y el Clima de Escuela Politécnica Federal de Zúrich,Jonas Schwaab, y sus colegas, basándose en los datos satelitales de temperatura de la superficie terrestre y de cobertura del suelo, compararon las diferencias de temperatura entre las áreas urbanas con árboles, los espacios verdes urbanos sin árboles y las áreas edificadas de 293 ciudades europeas. Las áreas urbanas con árboles mostraron temperaturas de entre 2 a 4 veces más bajas que los espacios verdes urbanos sin árboles, también se encontraron con que la vegetación en el suelo reduce la temperatura máxima de la superficie en unos 2-9 °C, mientras que los techos y las paredes verdes pueden llegar a reducir la temperatura de la superficie hasta unos 17 °C.

Otro beneficio de tener árboles en las ciudades es el gran ahorro energético: Las calles con árboles cerca de los edificios mantienen las temperaturas más bajas, por lo tanto, ponemos menos el aire acondicionado. Esto no sólo supone menos gasto en la factura del mes, sino que también acaba siendo un ahorro energético para la ciudad.

Si bien tener árboles en la ciudad es una necesidad evidente, hay que saber cuáles y cómo cuidarlos. Para hacerlo correctamente es necesario conocer su arquitectura, la genética de su desarrollo y esto requiere especialistas formados en la materia. También es necesario saber que la tala debe producirse sólo en caso de peligro; todos los días en las ciudades hay talas de árboles cuando no es necesario, ya sea por decisión estética, intereses inmobiliarios, etc. y en estos tiempos donde la crisis climática es casi irreversible deberíamos tener políticas públicas que se respeten y prioricen el espacio verde en las ciudades.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda entre 10 y 15 m2 de verde por habitante. La Ciudad de Buenos Aires tiene apenas 5,13 m2, uno de los peores índices a nivel mundial. Y además de ser pocos los espacios verdes, están “mal distribuidos”: en la Comuna 5 (Boedo y Almagro), la disponibilidad no llega a 2 m2 por habitante y en la Comuna 11 (Devoto, Villa del Parque, Villa Santa Rita y Gral Mitre): 1,5 m2. En el Norte de la Ciudad, en cambio, los guarismos están muy por encima del promedio general.

Marcelo Corti, arquitecto y director del Centro de Desarrollo Sustentable Geo de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, explica  “La Ciudad necesita una replanificación, la pandemia lo dejó muy en claro. No hay una lógica de planificación urbana que les dé preponderancia a los espacios verdes y al arbolado. Está a la vista que esto no es una prioridad para el gobierno de la Ciudad”. Si bien se incorporaron en los últimos años una gran cantidad de plazas en la ciudad, priorizan tener juegos para niños, o espacios de deporte pero ningún verde.

Aparte de mitigar el calor tener árboles en las ciudades purifica el aire, siendo beneficioso para la salud de quienes habitan, facilita la retención de las partículas en suspensión del tráfico, ayuda a secuestrar más carbono de la atmósfera, que los suelos se erosionen menos (para que las raíces de los árboles los sustenten) y que disminuyan los efectos de las inundaciones, entre otros muchos servicios ambientales.

Está claro que mientras el aumento de las temperaturas siga, tener espacios verdes y árboles en las ciudades es una necesidad.