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Uruguay padece una sequía debido a las escasas precipitaciones, que ha llegado a ser declarada "emergencia hídrica"

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Uruguay sigue luchando contra la sequía

Por Bautista Diaz

Hace ya meses que Uruguay padece una sequía debido a las escasas precipitaciones, que ha llegado a ser declarada «emergencia hídrica» en el área metropolitana por el gobierno el pasado 19 de junio.

Las redes de agua de varias zonas del país se vieron afectadas directamente, disminuyendo el porcentaje de agua potable de la ciudad de Montevideo y sus alrededores potable hasta llegar a un nivel crítico (1.8%).

¿Cuáles son las principales razones por las que sucede esto?

Montevideo utiliza como principal suministro de agua potable a la Represa de Paso Severino, que se encarga de la potabilización y distribución del agua proveniente del río Santa Lucía Chico. Desde hace tres años, las precipitaciones en el Cono Sur, especialmente en Uruguay, vienen disiminuyendo a niveles drásticos. Esto vació el embalse casi en su totalidad.

Para combatir la escasez, OSE, el proveedor de agua estatal, ha estado agregando agua salobre del estuario del Río de la Plata de forma gradual. Esto generó que en las canillas de las viviendas de Montevideo, el agua salga mezclada con una solución salina muy díficil de ignorar, y que puede llegar a ser dañina para la salud.

Otro inconveniente que le está costando el acceso al agua potable a la población es la deforestación y la contaminación que se produjo en las zonas rurales de Uruguay debido a las construcciones de pasteras, fábricas que procesan la madera para producir pastas de celulosa, y que son parte de un modelo extractivista que ya corre desde principio de siglo con pocas regulaciones.

La implementación de estas fábricas fueron noticia hace unos años por el conflicto entre Argentina y Uruguay, que se originó debido a que las empresas querían instalar dos pasteras en las aguas binacionales del río Uruguay, a la altura del paso que une a los pueblos de Gualeguaychú y Fray Bentos. Actualmente, una planta pertenciente a la empresa Metsä Fibre está en funcionamiento, a orillas del río.

Uno de los problemas de esta industria es que requiere de muchísima madera para la producción de celulosa, o más comunmente dicho, papel. La mayoría del territorio uruguayo está cubierto de pastizales, que son deforestados para la plantación de eucaliptus, el árbol que se utiliza en el proceso de la fábrica.

Lógicamente, los árboles consumen muchísima más agua que los pastizales, generando una disminución importante en los caudales de los ríos y arroyos cercanos. Los desechos de las fábricas van a parar a estas aguas, que además de ser drenadas, también son contaminadas.

Paso Severino es la única fuente de agua potable de Montevideo, por ende, si ese caudal no llega a la represa en condiciones, la ciudad se verá en problemas, que es lo que está sucediendo.

«Estamos en una situación compleja, no se puede cantar victoria, tiene que llover. Hoy tenemos los registros mejor de los que teníamos hace un tiempo y esto se va a mantener, según las previsiones, pero no está la batalla terminada, ni cerca» dijo el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou.

Afortunadamente, las reservas de la represa llevan varios días de aumento, gracias a las precipitaciones en la cuenca del Río Santa Lucía.

La drástica actualidad del cambio climático que afecta a la sociedad mundialmente sumado a la mala gestión de las autoridades con respecto a la industria papelera puso a la gente de Uruguay contra las cuerdas, teniendo que recurrir al agua potable embotellada para subsistir. Solo el 6% de la población sigue consumiendo agua de la canilla.

Es esencial que se continúen implementando medidas de adaptación para afrontar estas problemáticas y seguir combatiendo el cambio climático y las variaciones en el régimen de lluvias.