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Después de casi cuatro años, el Río Paraná entró en creciente.

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Después de casi cuatro años, el Río Paraná entró en creciente.

Por Bautista Diaz

Finalmente, luego de un largo tiempo en una bajante continua y con el caudal enormemente reducido, el Río Paraná registró una creciente que generó varias anomalías, pero, a fin de cuentas, significa un beneficio para el medio ambiente.

El segundo caudal más grande de América del Sur (con 4,880 kilómetros, le sigue al Amazonas) estuvo los últimos cuatro años con una sequía que perjudicó a todas las sociedades que se abastecen del modelo de producción que genera el río.

Este fenómeno, producido por la falta de lluvias, la deforestación de los bosques y la degradación del suelo, dejó sin agua corriente a ciudades de Argentina, Paraguay y Brasil, cerró las rutas navegables del comercio y frenó la industria pesquera.

Sin embargo, desde noviembre del año pasado, debido a las fuertes lluvias en Brasil y el noreste, el agua descendió por el caudal del río en cantidades abismales, llegando a poner en estado de emergencia a las ciudades de las costas.

El Río Paraná va camino a la crecida más importante de los últimos 15 años

Esta crecida inundó gran parte de la región. En Corrientes, se evacuaron casi mil personas. En Santa Fé, la corriente derrumbó dos grandes puentes; El Chara y El Dorado.

Sin embargo, luego de unos días, el caudal se redujo a un nivel más estable, y la alerta cesó. Durante el mes de enero, el agua se mantuvo en constante descenso, rondando los 4 metros de profundiad.

Esta noticia es un respiro para el ecosistema regional: Se regeneró la vida de todo tipo, flora y fauna nativa. El aumento de crías de peces es el más alto desde el verano de 2016, cuando se produjo la última gran crecida.

También causó la reducción, casi en su totalidad, de la actividad de sobreexplotación humana, que daña considerablemente el medio ambiente.

“Ya no se puede generar más incendios intencionales porque todo está lleno de agua, y la carga de ganado se redujo casi a cero, aunque quedan algunas vacas en tierras altas. Solo eso le quita una presión enorme al sistema respecto de sus usos humanos” detalla Damián Lescano, naturalista, biotecnólogo y técnico en el Acuario del río Paraná de la ciudad de Rosario.

“El stock pesquero de hoy sigue siendo el de ese año, pero esta temporada se va a crear una nueva generación de peces que en unos años serán adultos y ayudarán a reponer lo perdido” agregó Lescano.

En Santa Fe monitorean día a día la crecida del río Paraná - El Litoral

Esto supone una gran noticia para el ecosistema del litoral argentino, que durante cuatro años, se vió seriamente afectado por los fenómenos climáticos combinados con la negligencia de la producción humana.